Al estudiar el origen geológico del país, entendemos las razones por las cuales Venezuela posee abundantes recursos mineros. Además de los yacimientos de petróleo, el país tiene otros recursos de naturaleza mineral, como el hierro, la bauxita, el oro, los diamantes, el carbón, el manganeso, el yeso, el níquel, el zinc y el plomo.

A partir de la Segunda Guerra Mundial, se inició la búsqueda de Bauxita, tanto por parte del Gobierno Nacional, como por compañías particulares. En mayo de 1951, se descubrió el primer yacimiento de Bauxita de relativa importancia: el cerro El Chorro, localizado en Guayana, lo cual dio motivo para declarar los cinco Distritos más orientales del Estado Bolívar como Zona de Reserva Nacional para las menas bauxíticas.

Los primeros depósitos de Oro de Venezuela se asocian con una mineralización hipotermal tipo Au-Fe-W que afectó gran parte de la región central del Escudo de Guayana, principalmente el Grupo Pastora y en él a la Formación El Callao. Como consecuencia de la gran extensión de esta zona metalogénica, depósitos secundarios de Oro en aluviones y eluviones son abundantes a todo lo largo de las regiones oriental y central del Escudo de Guayana.

* El Manganeso: constituye uno de los minerales estratégicos más necesarios, empleado en la industria metalúrgica para obtener los aceros al manganeso.
En Venezuela las concentraciones de manganeso se encuentran en el Escudo de Guayana, y todas se asocian genéticamente con procesos de laterización sufridos por rocas magnesíferas originales. Hasta el momento se han detectado tres tipos de manifestaciones de manganeso en el Escudo Precámbrico.
* EL Yeso: es blando (segundo en la escala de Mohs), ligero, perfectamente exfoliable en láminas y escamas delgadísimas, algo flexible, pero no elástico. Es soluble en ácido clorhídrico y también en agua caliente; funde bastante fácilmente y a la llama se hace opaco por pérdida del agua dispuesta entre laminillas.
Cuatro fajas de evaporitas (Yeso y anhidrita) han sido ubicadas y delimitadas en el país. La mayoría de ellas se encuentran bajo explotación intensiva con miras a producir materia prima para las industrias de cemento y de la construcción. Todas las secuencias de Yeso se asocian con unidades que van desde el Jurásico hasta el Cretáceo. Las manifestaciones de evaporitas presentes en las formaciones terciarias, especialmente del Estado Falcón, constituyen capas muy pequeñas de origen secundario y sin importancia económica.